Contra la Hipocresía de los Activistas Climáticos que No son Veganos

Por Adam Weissman*

Alentar a las personas a eliminar productos de fuente animal de sus dietas para luchar contra el cambio climático es un trabajo importante y absolutamente necesario. Este es el momento para tratar el tema, pues el veganismo es la prueba de fuego que separa a los santos de los pecadores en cuanto al activismo por el clima se refiere.

Existen varias acciones para combatir el cambio climático, pero socavan los esfuerzos para señalar la monumental contribución de la agricultura destinada a animales de consumo al cambio climático, creando la idea de que solo es una agenda de fanáticos activistas por derechos de los animales.

Incluso el controvertido artículo de Goodland / Anhang Worldwatch estima esta contribución apenas en un 51% globalmente, esta cifra no parece significativa en países industrializados con altos estándares de vida como Estados Unidos, y es que solo se cuentan las decisiones que toman los gobiernos y corporaciones, más no las opciones individuales de cada ciudadano como convertirse en vegano.  Además, no seamos ingenuos, los gobiernos y las corporaciones le darán siempre más importancia a las ganancias que a la salud del planeta, lo que nos deja derrotados sin opciones para derrocar al capitalismo y construir nosotros mismos un sistema económico más sostenible y cooperativo.

Cambiar el estilo de vida es mucho más importante que oponerse a la fractura hidráulica o a la construcción de un oleoducto, estas victorias temporales pueden ser ahora revertidas por Trump, lo mismo convencer a un municipio a usar madera reciclada en sus proyectos, o prohibir los plásticos.  Cambiar el estilo de vida es lo único que nos queda y demuestra que hay algo más de conciencia.

El veganismo individual es la única acción que define si eres parte del problema o de la solución con respecto al cambio climático y se necesita una comprensión sincera de la complejidad del problema, no solo defender la liberación animal.

El movimiento por el clima no ha hecho lo suficiente por abordar el papel que juega la agricultura destinada a animales de consumo en el cambio climático. El estudio de Chatman House señala el abismo que existe en entender /explicar este problema. Los ambientalistas no promueven debidamente el veganismo porque a muchos les gusta la carne, o no quieren enojar a sus miembros carnívoros o reciben dinero de los intereses de la agricultura destinada a los animales de consumo… Pero eso indica que existe una falta de real compromiso.

Esta es la oportunidad para los veganos a involucrarse más en la problemática del clima y no simplemente señalar con el dedo a Trump o a quienes no son veganos o a quienes no defienden a los animales.

*Adam Weissman es un reconocido “freegan” un vegano del movimiento anticapitalista que nació en los 90’s para minimizar “darle de comer a las corporaciones” e impactar negativamente al planeta.  Artículo traducido y sintetizado por Ana Maria Quispe

Acerca de Ana Maria Quispe

dietista, ecologa, defensora de derechos humanos, pacifista
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